El día había transcurrido aburrido comparado con otros. El sol caía poco a poco trayendo consigo la oscuridad de la noche. Mientras caminaba por el centro de la capital Prontera, me dediqué a observar con especial atención los cansados rostros de los habitantes de la bulliciosa ciudad.
A un lado de la vía principal, algunos ofrecían objetos útiles para los distintos jobs, cartas y hasta algún trato para obtener lo que necesitan.
Yacían sentados en la acera esperando que alguien les ofreciera lo que necesitaban anunciándose con un cartel. Las pláticas se hacían frecuentes entre ellos brindándole algo de calidez al ambiente.
Al lado opuesto del camino adoquinado se encontraban los incansables líderes de las parties. Anubis, Odín y Thor han sido los nombres más codiciados por todos. Algunos de pie y otros más sentados aguardaban por completar su party de 12 miembros.
Noté especiales diferencias en los líderes de los distintos niveles. Quienes se dirigen hacia Anubis visten sus trajes rasgados, sucios, con marcas de sangre y tonos oscuros en sus rostros. En algunos equipajes noté reliquias egipcias y armas inservibles dropeadas por los monstruos de Sphinx. De las tumbas de temibles muertos con vida las parties ascendían al templo del gran Odín buscando experiencia hábiles cazadores y francotiradores que con sus flechas conseguían inmovilizar a la mob de tan celestial aposento. Allí se respira un ambiente cálido y el sonido del mundo en ese lugar apacigua las almas de los atribulados héroes que luchan por obtener algo de experiencia base. Bueno, eso he escuchado. En sus líderes observé vestigios de blancas plumas y sus rostros permanecían aún, algo atemorizados por el inesperado encuentro con las protegidas de Odín.
En un arquero de una party, distinguí unas marcas muy extrañas en el traje por lo que la curiosidad me llevó a querer saber de qué se trataba así que continué observando los carteles. De un pronto a otro, el líder preguntó a su compañero si las marcas que tenía habían sido provocadas por un tornado o un plasma de Odín a lo que este contestó negativamente.
-Fue un maldito emo, dijo despectivamente y no se refirió más al tema.
Caminé un poco más y encontré a los valientes que irían a Thor. Sus trajes se encontraban rasgados por las rocas volcánicas de la zona, manchados por gotas de alguna especie de arena aceitosa y con partes quemadas y sucias producto del carbón. Tenían en su equipo Pasana y Jack card para disminuir el daño infringido por los monstruos propietarios del elemento fuego. Su armamento está dominado por los elementos que atacan el fuego y unos cuantos poseen el pesado escudo de piedra con la Alice card para recibir mayor experiencia y menos daño de los ingratos monstruos.
Para este último lugar había 3 carteles: 85+; 89+ y 99 con el título Ifrit piso 3. No comprendí lo que eso significaba así que miré a los miembros de esa party apreciando a primera vista que todos eran 99; los mejores a mi inocente parecer, exponían sus serenos rostros a pesar de que se preparaban para ir a luchar contra algo que aún no descubría.
Entre distracciones olvidé la hora que era pero sabía que no era tarde pues el oscuro tono del cielo no era tan intenso. Caminé poco a poco entre la gente hasta llegar a la servidora de Kafra Sur, me detuve frente a ella y le pregunté si podía guardar algunas cosas en mi caja, a lo que ella asintió amablemente a cambio de algunos zeny. Antes de terminar el servicio, pregunté sobre la existencia de medidas de seguridad en el mismo con lo cual me hizo conocedora de la existencia de un código. Al establecer el código y asegurar mis humildes bienes, decidí concluir el negocio y proseguir con mi objetivo. Debía localizar algún lugar donde albergarme por un tiempo. Caminé hacia el lado Este de la ciudad con la esperanza de encontrar allí algún edificio con habitaciones disponibles.
Miré mi reloj, la hora se acercaba al número 8. Tenía hambre y mi traje de acolyte era incapaz de brindarme el calor necesario para hacerle frente al frío de la noche por lo que debía encontrar un aposento pronto. Me senté bajo un árbol cerca de una niñita con un asno a su lado. La miré en repetidas ocasiones pues no era buena idea que estuviera a esa hora fuera de su casa.
-¡Papi!, le dijo a un hombre frente a ella, quiero regresar a casa, a lo que su padre acudió cariñosamente recogiendo tan pronto como pudo, los diferentes alimentos para mascotas que vendía. Poco después se retiraron y yo seguía sentada bajo el árbol pensando qué hacer.
Indignada me apoyé sobre mis rodillas, tenía ya mucha hambre y frío, cuando de repente, la sombra de un experimentado Lord Knight se posó frente a mí. Levanté la cabeza para mirar quién era y para mi alivio, se trataba de un miembro de las fuerzas armadas de Prontera.
-¡Señor!, dije con voz entrecortada a causa de los nervios.
-¿Sí? ¿En qué puedo ayudarle?
-Necesito encontrar algún lugar en donde pueda hospedarme.
-¡Mmm! Por lo que veo eres nueva aquí, ¿verdad?
-Lo soy señor, viví los primeros años de mi vida aquí pero después de la muerte de mi madre, me marché con mi padre a Payon y jamás regresé a Prontera.
-Camina un poco hacia la izquierda y encontrarás un letrero en la puerta de ese gran edificio, dijo señalando el edificio que estaba a mis espaldas. Allí podrás hospedarte y comer algo.
-Muchas gracias señor, le dije agradecida.
-Fue un gusto.
El hombre siguió su camino sobre su cansado Peco así que me puse en pie y tomé mi pequeña mochila. Cuando llegué al edificio, titubee unos segundos frente a su puerta principal antes de tocar para ser atendida. Estaba asustada pero el frío y hambre que tenía hicieron que perdiera todo pánico y ansiedad. Toqué la puerta con delicadeza y una amable mujer apareció tras ella.
Continuará